La educación secundaria (o media como le decimos en Chile) en Kenia no es gratuita y para una familia en Mathare, uno de los campamentos más grande de Nairobi, es imposible pagarla. Estas familias ganan 80USD al mes, y se necesitan cerca de 500USD solo para empezar el primer trimestre de enseñanza media. Solo el hecho de terminar estos estudios es lo que te permite acceder a trabajos con contrato, lo que significa mejores condiciones, mejor sueldo y mejores oportunidades de crecimiento.
Estos estudiantes no tienen muchas esperanzas sobre su futuro. Como saben que sus familias no pueden pagar, no creen que podrán ir a secundaria. Guiando un Destino entrega esperanza de un futuro mejor, de mejores oportunidades. Le muestra a estos estudiantes que alguien se preocupa por ellos y que pueden aspirar a más.
Buscamos padrinos y madrinas que se hagan cargo de la educación de un estudiante por los 4 años que dura la educación media. También, buscamos personas que estén dispuestas a colaborar con las campañas que tenemos para comprar los materiales al comienzo de cada año escolar.
Quiénes Somos
Somos una fundación dedicada al apadrinamiento/amadrinamiento de niños en Destiny Junior, un colegio en Nairobi, Kenia. Este colegio ofrece educación primaria en Mathare, un barrio de escasos recursos en Nairobi, donde la mayoría de las casas están construidas con planchas de zinc. La mayoría de estas familias vive con un dólar al día y en general no tienen trabajos estables.
Buscamos darles la oportunidad de acceder y terminar la enseñanza media y obtener su diploma de secundaria. De esta forma, tienen la posibilidad de acceder a trabajos con contrato de trabajo, con mejores condiciones e incluso algunos beneficios adicionales.
La fundación está conformada por 3 directores chilenos y por nuestros socios locales en Kenia.
Isidora Mellado es la fundadora de GuD. Profesora general básica con ganas de mejorar el mundo con pequeñas acciones. La primera vez que llegó a Kenia fue el 2015 y desde el 2019 que vive en ese país de forma más definitiva. Tiene 6 adolescentes a su cuidado, con los que tiene una relación muy estrecha. Ama enseñar y cree que la educación es el medio para romper con los círculos de la pobreza y la ignorancia.
Judy Odero es la líder del equipo keniano. Profesora, directora y fundadora del colegio Destiny, siempre tiene en su horizonte el mejoramiento de la educación y de la calidad de vida de sus estudiantes. A través del alto estándar de calidad que exige a sus profesores, promueve un espíritu de superación en sus estudiantes y en su comunidad.
Camila Loader es arquitecta y otra directora de la fundación. Vino a Kenia por primera vez el 2016 y desde ese momento ha creado alianzas con personas locales para fomentar la economía y la artesanía local. En Kenia ha desarrollado proyectos de arquitectura y paisajismo con una empresa local.
Javiera Correa es la tercera directora de la fundación. Desde el comienzo ha estado apoyando en todo lo necesario desde Chile. Ha visitado Destiny en dos ocasiones, compartiendo con los profesores y los estudiantes.
Ian Kayumbi es uno de los chicos que Isidora cuida y también un ex-alumno de Destiny. Siempre ha sabido que es un afortunado por tener oportunidades que sus compañeros no tuvieron y quiere entregar de vuelta. Por eso colabora como voluntario con la fundación Guiando un Destino, pero también lo hace con otras dos fundaciones en su tiempo libre. Está terminando la universidad y quiere ser diseñador gráfico.
¿Qué Hacemos?
Le damos la posibilidad de acceder y terminar la educación media a niños y niñas del colegio Destiny en Nairobi, Kenia.
Entregamos los materiales que los estudiantes necesitan para ir al colegio. Como la mayoría va a internados, esto incluye el colchón, la ropa de cama, el uniforme, los zapatos, los materiales escolares y los útiles de aseo.
Pagamos el transporte desde el colegio a sus casas cada fin de trimestre para que los estudiantes puedan pasar las vacaciones con sus familias.
En Navidad, hacemos una fiesta con un pequeño regalo, una carta de los padrinos y una pequeña canasta de comida para que puedan compartirla con sus familias.
¿Cómo lo hacemos?
Padrinos y madrinas acompañan a un estudiante a través de los 4 años de educación secundaria. Se crea un vínculo directo con el estudiante, conociendo su historia y viendo su crecimiento en cada etapa, a través de videos y cartas de ambas partes. Cada padrino/madrina colabora con un cuota mensual fija que incluye la mensualidad del colegio y el transporte desde y hacia el colegio una vez cada trimestre.
También hay un aporte fijo en diciembre para celebrar navidad con una pequeña canasta familiar y con un regalo para cada estudiante. Este aporte lo hacen los padrinos y madrinas.
Además tenemos una gran campaña anual para comprar los materiales que los estudiantes requieren para empezar el colegio. Esta campaña es abierta a quien quiera participar, con aportes voluntarios de familiares y amigos de la fundación. También recibimos aportes en cualquier momento del año, ya que los fondos recaudados se guardan hasta que sean necesitados por la fundación.
Finalmente, tenemos campañas especiales según las necesidades de la fundación. Estamos haciendo una rifa con premios donados por nuestros amigos y padrinos para recaudar fondos y continuar con nuestra labor.
¿Por qué?
La educación permite la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para salir de la pobreza (Objetivos de Desarrollo Sostenible, ONU)
En Kenia la educación media no es gratuita y el acceso es restringido solo a los que pueden pagar, perpetrando el círculo de la pobreza. Los trabajos a los que los estudiantes pueden acceder habiendo terminado la educación secundaria tienen mejores condiciones y salarios que si no terminan la secundaria. La estabilidad laboral es mucho mayor y los sueldos son más competitivos, dándoles la oportunidad de optar a mejores condiciones de vida.
El acceso a la educación debería ser garantizado para todos los niños, niñas y jóvenes. Actualmente, alrededor de 260 millones de niños, niñas y jóvenes en el mundo no tienen acceso a la educación. Nuestra fundación busca que ese número baje cada día más, haciendo nuestro pequeño aporte. Sabemos que no estamos solucionando el problema, pero también sabemos que somos una pequeña parte de la solución.